Durante los últimos años, México en materia de sustentabilidad ha logrado que una cuarta parte de sus pesquerías, en términos de volumen, estén certificadas como sustentables por el Marine Stewardship Council (MSC), organismo que establece los estándares para la pesca sostenible y trazabilidad de los productos pesqueros con certificación.

La citada certificación permite que las pesquerías sean conocidas como sustentables y que las empresas comercialicen productos de calidad. De la producción pesquera mexicana, que es de 1.8 millones de toneladas, más de 430 mil son consideradas como sustentables, esto ubica a México a la cabeza en Latinoamérica en esta materia.

Dentro de los productos pesqueros mexicanos que cuentan con certificación MSC está la langosta, pesquería que ocupa muchos primeros lugares: Primera pesquería mexicana en recibir este reconocimiento, 1ra pesquería artesanal de países en desarrollo y primera certificada en el Caribe por el MSC. Por otra parte, la sardina fue la primera pesquería industrial en certificarse.

La captura de otras especies en México están buscando certificarse para ser reconocidas en los mercados nacionales e internacionales como sustentables, algunas de ellas son la de camarón en el Pacífico y el pulpo del Golfo de México en Yucatán.

Los desperdicios pesqueros también son una oportunidad en otros ámbitos, por ejemplo, la piel curtida es materia prima de calidad y resistente, ésta sirve para la elaboración de bolsas, sandalias, extensibles para reloj, carteras, llaveros, cinturones, collares y aretes de escamas, gorras, aplicaciones en vestuarios, estuches, entre otros.

México avanza rápidamente en este tema, y aunque se sigue aprovechando para la elaboración de harinas y aceites de pescado, también se investiga para diversificar el uso de los residuos de la pesca, pero además, con un enfoque sustentable.

¿Qué otros productos podemos obtener? Aceites omega 3 a partir de residuos pesqueros (para enriquecimiento de alimentos). Ensilado de pescado para alimentar ganado y como fertilizante natural. Los desechos orgánicos generados por la industria acuícola y pesquera son ricos en proteínas, aceites y grasas, considerándose una muy buena opción para la producción de biogás y biodiesel. (CONACYT)

Fuente: gob.mx