En busca de probióticos de seguro han oído hablar de los alimentos fermentado y uno de los más populares es el té de kombucha. Conoce sus beneficios y cómo se prepara esta bebida súper de moda.

Primero que todo te contamos que el kombucha es un té fermentado en específico el té negro, con sabor dulce y ácido que se logra de la extracción de hongos y bacterias semejantes a la levadura.

Súper popular en China, Rusia y Alemania, la Kombucha ha ganado adeptos en todo el mundo al poseer vitaminas del complejo B que ayudan al funcionamiento del sistema nervioso y muscular: Zinc, hierro, vitamina C,  magneso y cobre.

Además al ser un derivado del té negro es potente en polifenoles antioxidantes y en cantidades más pequeñas cafeína que estimula el sistema nervioso central. Para que tenga mayor efecto suele servirse fría, convirtiéndose en una infusión refrescante y beneficiosa, siempre y cuando se beban unos 100 a 300 ml al día.

Algunos de los beneficios directos que produce la kombucha en nuestro organismo son: contribuye a la hidratación del organismo, refuerza el sistema inmune, previene el desarrollo de agentes cancerígenos, contribuye a la quema de grasas y acelera el metabolismo. Además por sus características de fermentación ayuda a promover funciones digestivas y hepáticas.

Sin embargo, los beneficios del kombucha tienen poca o ninguna evidencia científica que respalde estas afirmaciones. Al igual que el yogur, el kéfir y el kimchi, el kombucha está cargado de bacterias beneficiosas. El té de kombucha ha sido promocionado para curar el acné, la fatiga, la hipertensión y el estreñimiento, mejorar la digestión y aumentar la inmunidad.

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