¿Sabías que las tortillas de maíz pueden mantenerse frescas y flexibles hasta una semana si las guardas correctamente?

Para conservarlas, deja que se enfríen completamente después de comprarlas o prepararlas. Luego, envuélvelas en un paño de algodón limpio y colócalas dentro de una bolsa de plástico con cierre hermético. El paño absorbe la humedad extra y evita que se formen hongos, mientras que la bolsa impide que se resequen.

Guárdalas en el refrigerador y, cuando las vayas a consumir, caliéntalas en un comal o sartén a fuego medio. Así recuperan su textura suave y sabor original.

Este método es ideal para familias que compran tortillas en grandes cantidades y desean evitar desperdicios, además de mantener la calidad de uno de los alimentos más emblemáticos de la cocina latinoamericana.