Combina texturas y sabores en cada bocado

Una buena tapa debe tener contraste: algo crujiente (como pan tostado o frutos secos), algo cremoso (como queso, hummus o alioli) y un toque sabroso o ácido (como jamón, aceitunas, encurtidos o tomate). ¡Ese equilibrio hace que cada bocado sea memorable!

Compartir en