El cacao tiene una historia tan rica y diversa como el propio fruto. Su origen se remonta a las antiguas civilizaciones de América Central y del Sur. Las primeras evidencias de su cultivo provienen de los olmecas, alrededor del 1500 a.C., quienes ya habían comenzado a domesticar el cacao. Los mayas y aztecas valoraban el cacao no solo como un alimento, sino también como un símbolo sagrado. Los granos de cacao eran tan valiosos que se usaban como moneda en sus transacciones comerciales.

Al principio, los europeos encontraron el cacao en su forma original, una bebida amarga que no era del todo del gusto europeo. Sin embargo, pronto comenzaron a experimentar con la adición de azúcar y especias, adaptando el cacao a sus preferencias. Esto marcó el inicio de la transformación del cacao en lo que conocemos hoy como chocolate.

En la era moderna, la producción de cacao se ha globalizado. Aunque el cacao sigue siendo cultivado en sus regiones de origen en América Central y del Sur, hoy en día, los principales productores son países de África Occidental, como Costa de Marfil y Ghana. La industria del cacao enfrenta desafíos significativos, incluyendo problemas relacionados con el cambio climático, el trabajo infantil y la sostenibilidad. En respuesta a estos desafíos, se ha promovido el comercio justo y las prácticas sostenibles para mejorar las condiciones de vida de los agricultores y garantizar la producción responsable del cacao.

En cuanto a los tipos de cacao, existen varias variedades, cada una con características únicas:

• Cacao Criollo: Este es el tipo más antiguo y menos común de cacao. Es apreciado por su sabor delicado y complejo, con notas que pueden recordar a frutas y flores. Es más raro y costoso debido a su susceptibilidad a enfermedades y plagas.
• Cacao Forastero: Es la variedad más común y ampliamente cultivada, especialmente en África. El cacao Forastero es conocido por su sabor más fuerte y menos complejo en comparación con el Criollo, y es menos susceptible a enfermedades.
• Cacao Trinitario: Es un híbrido entre el Criollo y el Forastero. Combina algunas de las mejores cualidades del Criollo, como su perfil de sabor complejo, con la robustez del Forastero. Es conocido por su buena calidad y sabor equilibrado.