El año pasado el Departamento de Salud de Canadá realizó diferentes encuestas para saber si los consumidores aceptarían la irradiación o pasteurización fría en la carne de vacuno y la mayoría de las respuestas dieron positivo. Tras ésta, finalmente fue aprobada el uso de irradiación en la carne de vacuno para venta al público tanto los alimentos envasados como los en vitrina.

Si bien la palabra «irradiación» es fuerte a la hora de hablar de alimentos, es bastante común su uso y funciona de la siguiente manera: básicamente es la aplicación de radiaciones ionizantes con rayos ultravioleta X o gamma a fin de eliminar y evitar la propagación de microorganismos patógenos en los alimentos. Es así como se evitarían más contagio de enfermedades por toxinfecciones alimentarias, garantizando la eliminación del 99,9% de bacterias. 

Quienes están en contra de su uso fundamentan que al utilizar esta técnica se liberan toxinas cancerígenas como el benceno, hidrocarburo aromático reconocido por el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, además de bajar la calidad del alimentos y su cantidad de nutrientes. 

De todas maneras, el gobierno de Canadá aclaró que todos los productos hayan sido sometidos al proceso de irradiación deberán portar un etiquetado en el que aparezca la descriptiva “carne irradiada” y además deberá incluirse el símbolo correspondiente de la irradiación, es decir, el símbolo de Radura.

A pesar de que en la UE la carne irradiada está prohibida, es posible que el CETA, Acuerdo Integral de Economía y Comercio entre la Unión Europea y Canadá, provoque la relajación de las actuales normas y la carne irradiada termine accediendo al mercado comunitario.